En el siglo XX podemos encontrar 3 tesis centrales respecto a las políticas del agua en el país:

1.-Entre las décadas de 1920 a 1950, el agua se utiliza para el desarrollo agrario con un objetivo político: fortalecer a las clases medias agrarias.

2.-De 1900 hasta nuestros días, se utiliza para satisfacer las necesidades de la industrialización, sobre todo en grandes ciudades como la de México, teniendo como resultado la necesidad de buscar el abastecimiento de agua de otras regiones del país como del río Lerma. Sin embargo, una buena cantidad de la población tiene todavía problemas para obtenerla.

3.-El cambio de modelo económico, hacia el neoliberalismo, llevó a cambios en las políticas gubernamentales con respecto al financiamiento, construcción y operación de las obras hidráulicas con lo que el Estado va perdiendo el control de los mismos.

Durante el siglo xx encontramos que durante el Carrancismo se aprueba el artículo. 27 constitucional que considera que lo que existe en el subsuelo es propiedad de la Nación donde el Estado distribuye el agua y los particulares pueden gozar de ella mediante concesiones, situación que continúa hasta 1983 cuando la medida empieza a verse con recelo hasta que en 1993 a través de la Ley de Aguas Nacionales se da lugar a una mayor participación privada, situación que continúa hasta nuestros días.

El agua usada por la pequeña y mediana industria, que representa el 75% en la ciudad de México, deja residuos sólidos y líquidos que se utilizan en Chiconautla, en la cuenca y en el Mezquital.

Debido a la falta de planeación a largo plazo, para finales del siglo XX (1994) se habían perdido cerca del 80% de los bosques, 99% de los lagos, y 71% de los suelos se encontraban en estado avanzado de degradación. Además, a pesar de la explotación de los mantos acuíferos, 14 millones de mexicanos no cuentan en nuestros días con servicio de agua potable y 30 millones con servicio de drenaje.

Dentro de las rupturas y continuidades que podemos encontrar con el siglo XIX y el siglo XXI podemos encontrar los siguientes:

El enlace que puede hacerse con el siglo XIX es con los primeros decenios de la dictadura porfirista. En la primera década del siglo XX, la última del Porfiriato, el régimen continua su misma política, desarrollo capitalista dependiente, inversiones extranjeras, obras hidráulicas importantes y dueño del agua.

A partir de 1980 se inicia el proceso de privatización del agua, esta política continúa hasta hoy, hay continuidad dentro del esquema neoliberal.

Dentro del propio siglo XX con la aprobación del artículo 27 constitucional hay una ruptura con el Porfiriato ya que el Estado es el que controla la distribución, y el uso del agua, esta política continua hasta los 1980.

Otro momento de ruptura es que desde la década de 1920 hasta 1950 hay prioridad en el uso del agua para la irrigación, a partir de esta década su uso se va a orientar al desarrollo industrial en el periodo de la Sustitución de Importaciones y el Desarrollo Estabilizador.

Conclusiones

Por casi cinco siglos el hombre ha luchado en contra del agua de la ciudad de México, invirtiendo cuantiosos recursos para secar los lagos que originalmente le daban sustento, esto llevó a que la antes autosuficiente ciudad se convirtiera, a partir de los cincuentas en importadora de agua proveniente de otras cuencas, además de que ha sobreexplotado el agua del subsuelo con graves consecuencias para el medio ambiente natural.

El agua, un recurso antes abundante, se ha convertido en escaso y caro, lo que pone en riesgo la supervivencia de la ciudad y sus habitantes.

La crisis ambiental por que atravesaba y atraviesa la ciudad de México tiene su origen no sólo en el acelerado crecimiento demográfico que dio lugar a una expansión del suelo urbano sin precedentes, sino al insuficiente conocimiento del funcionamiento del ecosistema natural y del ciclo de agua en particular, lo que pone en riesgo la satisfacción de las necesidad de la población presente y futura.

La solución no puede limitarse a la explotación creciente del acuífero y a la importación de agua de cuencas cada vez mas lejanas sino que requiere de soluciones políticas y culturales que promuevan el uso mas eficiente y un manejo mas racional del recurso.

Ello incluye respetar el ciclo hidrológico, abatir el desperdicio por fugas, aprovechar las aguas pluviales, evitar el crecimiento de la mancha urbana hacia la periferia de la ciudad y disminuir la desigualdad en el acceso al agua potable.

Canal de Cuemanco

Fuentes de la ciudad de México



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